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¿Sientes que estás fatigado por tanta videoconferencia?

Regresan nuestros #SabadosdeReflexión! Y en esta edición quiero compartirles mis experiencias desde nuestro último encuentro de post donde les comunicaba que iniciaría un nuevo trabajo de forma virtual. ¡Ahora, les quiero compartir que todo ha sido un éxito! He aplicado todas las recomendaciones que yo les compartí en el último blog post donde les explicaba cómo ser efectivos en iniciar un nuevo trabajo de forma virtual. Sin embargo, hay algo con lo que he estado batallando esta última semana y es una sensación de fatiga y cansancio como resultado de las reuniones virtuales—con video—en el trabajo. La realidad actual nos obliga a estar conectados mucho tiempo a través de videollamadas. Esto es algo que escapa de nuestro control. La pandemia sigue siendo un tema latente en todos los países y por ese motivo, el retorno a una ‘nueva’ normalidad está aún por definirse. Hasta entonces, el trabajo virtual continuará y con eso, también las videollamadas. Por eso, ahora más que nunca, necesitamos estar conscientes de cuidar nuestra mente, alma y corazón.


En el mundo, somos muchas personas trabajando desde nuestras casas generando este fenómeno y sensación de fatiga. A nivel colectivo, es preocupante. Por eso, es importante hablar de cómo podemos mitigar este impacto, como aliviar el efecto de la videollamada y que acciones podemos tomar para reducir el impacto en nuestro bienestar de videollamadas frecuentes y constantes. Yo lo estoy viviendo personalmente y no es una sensación agradable. Sentimos que nuestros días son más largos que antes y esto es porque nuestro cansancio va en forma acumulativa y desgastante. ¿Pero qué es exactamente la fatiga de las videoconferencias? Es esa sensación de cansancio que nos lleva el estar sentados, frente a una pantalla y utilizando todo nuestro esfuerzo corporal y cognitivo para el desarrollo de nuestras tareas laborales. ¿Y qué exactamente causa la fatiga de las videollamadas? Es algo que los psicólogos llaman ‘conciencia de la mirada.’ Es algo que yo misma, siendo Psicóloga, estoy procesando. Antes de nuestra experiencia con el COVID, nuestras conversaciones, reuniones y proyectos eran, por lo general, presencial. Por lo que toda conversación se hacía con contacto visual.

Durante nuestras videollamadas, obsérvate y fíjate como tú también quieres mirar a los ojos a la persona con la que estás hablando. Sin embargo, algo muy interesante sucede. La cámara no está en el mismo lugar con la persona que estás hablando. Entonces, siempre estás buscando como precisar ese contacto visual. Este desgaste cognitivo nos cansa y perdemos el enfoque. Así mismo, perdemos la concentración mientras intentamos buscar ese contacto visual creando desconcentración, frustración y hasta veces desmotivación. La realidad también es que nuestra atención es limitada. Me ha pasado a mi. Por querer aprovechar el tiempo al máximo, a veces nos encontramos en una reunión mientras también queremos leer y responder a otros emails. Es difícil estar así. La tentación de sentir que uno puede avanzar haciendo varias cosas a la misma vez no es productivo. O te dedicas a escuchar la reunión o responder al email. Hacer ambas, te desgastare cognitivamente, no escucharas la reunión, y tendrá la sensación de haber hecho todo a medias. Así que, en la medida posible, les recomiendo optar por hacer una cosa a la vez. Si estas en video llamada, enfócate en eso. Intenta no distraerte porque te exiges cognitivamente más de lo necesario.


Y por último, algo que he empezado a practicar esta semana es que después de cada video llamada, intentó darme un descanso cognitivo. Es decir, no veo la pantalla e intento ponerme un poco de agua fría en la cara, salir y tomar aire fresco si puedo, o simplemente, darme una vuelta fuera de mi escritorio. Adicionalmente, estoy planeando mis reuniones de esta forma donde pueda—la mitad de las reuniones videollamadas y la otra mitad simplemente que sean audio llamadas. Seleccionar aquellas donde es importante tener la cámara encendida y las cuales no es tan relevante tener mi cámara habilitada. Cuando estoy en audio llamadas, igual intento estar presente (sin video) y veo como mis músculos faciales, y por ende mi esfuerzo cognitivo, descansan. La realidad es que cuando estamos en una videollamada, también estamos poniendo un show. Nuestras expresiones faciales y lenguaje corporal toman espacio cognitivo y esfuerzo mental. Intenta estructurar tus días para poder tener ambas formas de reuniones para liberar energía mental y esfuerzo cognitivo.


Te invito a que inviertas tiempo en tu bienestar planificando tus reuniones de una forma que sean mentalmente beneficiosas para vos. No te sumerjas en tantas videollamadas. Verás que tu productividad y sensación mejoraran. Inténtalo porque si no lo haces, llegarás a sentir el famoso ‘burn out’ que no es nada agradable vivirlo.

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